Este es un blog de cocina terapéutica, y como también habréis comprobado, me encanta poder ofrecer recetas que se recuerden a sabores, texturas, aromas, y formatos de la cocina mal llamada “tradicional”, es decir, la omnívora…no voy a entrar en temas de si somos originalmente vegetarianos, o en la polémica de la dieta paleolítica o epigenética…eso en otro momento. Hoy toca encontrar otro sustituto vegetal, da igual el motivo por el que lo estéis buscando, ético, dietético, gourmet… de un producto originalmente de origen animal, y que está en la nevera de un alto porcentaje de la población mundial: el yogurt

Pues bien, esta receta está dedicada a nuestros sobrinos : Eva, Hugo, Pau, Raquel, Alex, Noa, Héctor y Zoe. Para que cuiden sus moquitos (ya sabemos que los lácteos producen mucha mucosidad), para que disfruten de su sabor, para que su cuerpo se nutra en profundidad, para que su sistema inmunológico y digestivo se fortalezca, y porque sí!! Porque yo lo valgo!!

Pero también es para todos las personas que tienen intolerancia a la lactosa o a la caseína de la leche, para los que tienen asma y problemas autoinmunes, para los veganos, los vegetarianos…PARA TOD@S!!

La leche es un anti-alimento. Nosotros en ella solo encontramos antibióticos, sedantes (la vaca sufre cunado le retiran su cría) vacunas, hormonas…Aquí os dejo uno de los miles de artículos sobre la leche…

Como última aclaración deciros que los probióticos que utilizaré para fermentar este yogur son cultivos de origen vegetal.En la farmacia tenéis una variada gamas de probióticos pero son de origen lácteo…podéis conseguir vuestros probióticos libre de lácteos aquí. o en herbodietéticas en España tenéis la marca Sura Vitasan con un producto que se llama Acidophilus Ultra que también está libre de lácteos. 


Ingredientes:

  • 1 taza de anacardos crudos (si no los encontráis bio… los tenéis en el Lidel)
  • 3 cápsulas de probióticos (se abren y se echa solo el polvillo)
  • 3 cuch/s de semillas de sésamo crudas
  • 1 y 1/2 vasos de agua
Ingredientes opcionales para los sabores:
  • orejones
  • arándanos
  • moras
  • piña
  • fresas
  • canela
  • cacao
  • cáñamo
  • vainilla en extracto
  • estevia, sirope de agave,azúcar de coco, yacon, o panela (para endulzar)


Preparación:
 
Primero debemos dejar toda la noche a remojo los anacardos y las semillas de sésamo. Los ponemos en un bol con agua sin clorar y lo tapamos con un film de plástico. De esa manera activamos las enzimas de estos alimentos y hacemos mucho más asimilables sus proteínas. 
 
Al día siguiente escurrimos todo bien bajo el grifo con la ayuda de un colador grande. Vertemos en una batidora de vaso y echamos un vaso y medio de agua no clorada junto al polvillo de las cápsulas de probióticos.
 
Batimos hasta formar una crema homogénea.Los probióticos se encargarán de espesarlo y fermentarlo.
 
Vertemos el contenido en frascos de cristal. Ponemos las tapas. Si se tiene yogurtera se siguen las indicaciones de ésta. Y si como yo no tenemos… “abrigamos” los frascos con trapos de cocina o toallas viejas y los ponemos cerca de un radiador, estufa o a 40ºC dentro del horno. A más baja temperatura las bacterias no actúan…y demasiado alta las mataría…
A partir de las 5 horas ya podemos probar ese yogurt. Si no está suficientemente espeso se pueden dejar más horas. Pero nunca más de 12 o se volvería demasiado ácido.
 
A partir de aquí se guardarán en la nevera. Después es cosa de vuestra imaginación crear yogures de diferentes sabores añadiendo diferentes frutas, mermeladas, especias como la canela, el cardamomo, o la vainilla. Cacao, cáñamo, semillas de girasol, chía, calabaza…y endulzantes como el azúcar de coco, estevia o yacón para diabéticos o panela, siropes variados para los demás…Para eso se trocean, muelen o pican los ingredientes a añadir y se los   echáis al yogurt en el momento de tomarlo. Si lo batís junto con las frutas en la misma batidora se harán más líquidos y perderán la textura cremosa que tanto gusta.
 
Nota: este yogurt es rico en calcio gracias a las semillas de sésamo. Rico en proteínas gracias a los anacardos y un protector del sistema digestivo gracias a los probióticos. Si además añadimos semillas de cáñamo tendremos omega 3 y proteínas del alto valor biológico. Una joya nutricional, rico, sano y divertido, porque hasta un peque podría hacerlo!!