PROTOCOLO CANDIDIASIS

Una levadura de la familia Candida causa la candidiasis. Existen aproximadamente 150 variedades de cándidas, como Candida Kruse, Candida Glabrata, Candida tropicalis y Candida parapsilosis, entre otras. Sin embargo, la Candida Albicans es la más común en nuestro cuerpo.

Poco después de nacer, todos tenemos levaduras presentes y viven en armonía con nosotros. Existe en la piel, el aparato digestivo y el sistema genitourinario. Su trabajo consiste en absorber cierta cantidad de metales pesados para que no entren en la sangre, ayudarnos an eliminar restos de carbohidratos mal digeridos y mantener el equilibrio intestinal y el pH junto con las bacterias.

La flora intestinal y vaginal, así como el sistema inmunitario, nos ayudan a controlar estas levaduras.

Sin embargo, hay varios elementos que pueden debilitar nuestro sistema inmunitario y desequilibrar la flora intestinal, lo que provoca el crecimiento excesivo de estas levaduras y, por lo tanto, la enfermedad.

ESTOS FACTORES SON:

  • El alimento principal de las cándidas es el exceso de azúcar o carbohidratos refinados. Además de alimentarlas directamente, el azúcar y las harinas refinadas aumentan los niveles de glucosa en la sangre, lo que nos permite alimentarlas.
  • Agua del grifo: El flúor deprime el sistema inmunitario y el cloro destruye la flora intestinal.
  • Utilización de antibióticos, cortisona y hormonas sexuales artificiales: Los antibióticos eliminan las cándidas, pero no la flora bacteriana del intestino. Esto les permite crecer sin la supervisión de microorganismos. Por el contrario, la cortisona deprime el sistema inmunitario, y las hormonas sintéticas destruyen ciertos nutrientes, como la vitamina B6, que son esenciales para la salud del sistema inmunitario, entre otros daños.
    Embarazo: Durante esta etapa, los niveles de progesterona.
  • Embarazo: Durante esta etapa los niveles de progesterona aumentan, induciendo a las glándulas endometriales a producir glucógeno, lo cual favorece el crecimiento de las Candidas vaginales. Por otro lado, unos niveles altos de progesterona pueden provocar resistencia a la insulina, causando un exceso de glucosa en la sangre y favoreciendo el crecimiento de las cándidas.
  • Estrés continuo: Un exceso de cortisol deprime el sistema inmunitario, aumenta los niveles de glucosa y destruye la flora bacteriana intestinal.
  • Disminución de las secreciones digestivas: La falta de ácido clorhídrico y de enzimas digestivas impide la correcta digestión de los alimentos, produciendo fermentación y putrefacción intestinal. Esto genera sustancias irritantes para la mucosa intestinal, favoreciendo el desequilibrio de la flora intestinal y el crecimiento de las cándidas.
  • Falta de nutrientes: Necesitamos una gran cantidad de nutrientes necesarios para mantener el sistema inmunitario sano, regular las hormonas, mantener una producción sana de secreciones digestivas y regular la glucosa, factores todos de vital importancia para el control de las cándidas. Cuando sufrimos desnutrición, las cándidas tienen más oportunidad de crecer.

SÍNTOMAS:

Los síntomas de la candidiasis son muchos y pueden ser muy variados. Es muy importante saber por qué la candidiasis puede producir estos síntomas para entender mejor este desequilibrio. Muchas personas con candidiasis son tratadas como pacientes hipocondríacos, deprimidos y/o ansiosos. Desafortunadamente, hay mucha gente con candidiasis, que no ha sido diagnosticada, y a cambio, están tomando Prozac, Seroxat o ansiolíticos. Parte de esto, es debido a que, normalmente, la candidiasis se relaciona únicamente a los síntomas propios y localizados que crea la infección. Por ejemplo, en general, con la candidiasis vaginal sólo se contemplan los síntomas localizados en la vagina; con una candidiasis oral, se presta atención únicamente a los síntomas propiamente de la boca… y los tratamientos son locales. Sin embargo, la candidiasis hay que analizarla en su conjunto, hay que ir más allá de su manifestación localizada.

Un punto muy importante que normalmente suele ser ignorado a la hora de diagnosticar y tratar la candidiasis, es que su origen suele ser intestinal, aun cuando estemos contemplando una candidiasis vaginal o de las uñas.

Ahora veremos la complejidad de esta enfermedad.

Cuando la candidiasis prolifera en el intestino, puede cambiar su anatomía y fisiología. Esto quiere decir que puede dejar de ser una levadura y convertirse en un micelio fungal. Se sabe que las cándidas son organismos dimórficos y pueden existir en estas dos formas. En su estado de levadura no es invasiva, mientras que en estado fungal produce rizoides (o raíces muy largas) altamente invasivas que pueden penetrar en la mucosa. Esto puede causar una excesiva permeabilidad de la mucosa intestinal, permitiendo la introducción a la sangre de sustancias (toxinas, proteínas mal digeridas, etc.) que pueden actuar como antígenos alterando severamente el sistema inmunitario. Por otro lado, una excesiva permeabilidad intestinal puede, a su vez, deteriorar los receptores nutricionales celulares, favoreciendo la malabsorción y, dando como resultado, una desnutrición.

Se sabe que las cándidas en su estado fungal pueden producir 79 productos tóxicos, por ejemplo, etanol, formaldehido, etc, pero entre ellos el más abundante es el acetildehido. Esta sustancia altamente tóxica es producida por las cándidas al convertir el azúcar en alcohol.

PARTE DE LOS EFECTOS DEL ACETILDEHIDO SON:

  • Formación de sustancias vasoactivas, como la adrenalina, produciendo síntomas como nerviosismo, pánico, miedo, taquicardias y sofocos.
  • Interferencia con los receptores del la acetilcolina, importante para la memoria y el sistema nervioso.
  • Producción de histamina, y por lo tanto, inflamación en cualquier parte del cuerpo.
  • Bloqueo de enzimas metabólicas, lo cual puede llevar a bloqueos en la formación de neurotransmisores, por poner un ejemplo.
  • Destrucción de la vitamina B6, la cual es importante para la protección de las membranas mucosas, el fortalecimiento del sistema inmunitario, el equilibrio del sistema hormonal y la producción de ácido clorhídrico y enzimas digestivas.
  • Depresión del sistema inmunitario.
  • Destrucción del glutatión y la cisteína, necesarios para desintoxicar el organismo.
  • Reacción con la dopamina, lo cual puede causar depresión, insomnio e incapacidad de respuesta ante el estrés.

Por otro lado, las Candidas encajan en los receptores hormonales de las células compitiendo con hormonas, pero también pueden crear receptores de nuestras propias hormonas en sus superficies. Esto puede causar un bloqueo y desequilibrio del sistema hormonal y un sinfín de problemas como síntomas premenstruales, infertilidad y endometriosis, entre otros.

Algunas levaduras como la Cándida krusei y la Parapsilosis producen tiaminosa (una enzima) que destruye la vitamina B1. La falta de esta vitamina puede producir síntomas como irritabilidad, dolores musculares, falta de concentración, dolor de estómago, estreñimiento y taquicardias.

También previene la conversión de la vitamina B6 en su forma activa, piridoxal-5-fosfato. Esto puede causar síntomas como retención de líquidos, depresión, irritabilidad, temblores musculares o calambres, falta de energía y piel muy seca.

Debido al grado de toxicidad en el que se encuentra el paciente con candidiasis, el hígado tiene que filtrar una gran cantidad de químicos. Para que esto ocurra, las dos fases de desintoxicación de este órgano, la fase 1 y 2, requieren nutrientes como el zinc, selenio, cobre, magnesio, vitaminas B y C, glutatión, sulfuro, glicina y ácidos grasos esenciales, que debido a la mala absorción intestinal es muy posible que no se encuentren en las cantidades necesarias para que la desintoxicación se lleve a cabo correctamente. Este proceso de autointoxicación puede agravar el estado del paciente con candidiasis crónica cuando se encuentra en presencia de perfumes, humos u otros químicos inhalantes.

SÍNTOMAS MÁS COMUNES EN PACIENTES CON CANDIDIASIS CRÓNICA QUE NORMALMENTE NO HAN SIDO DIAGNOSTICADOS:

  • Fatiga
  • Malestar general
  • Dolores de cabeza
  • Distensión abdominal
  • Diarreas y/o estreñimiento
  • Indigestión
  • Ardor estomacal
  • Deseo de comer carhohidratos (dulces, pasta, pan, etc)
  • Depresión
  • Mareos
  • Sensación de resaca por las mañanas
  • Dolor de articulaciones y músculos
  • Molestias vaginales (picores, irritación, heridas etc)
  • Retención de líquidos
  • Insomnio
  • Infecciones crónicas
  • Alergias
  • Picor anal
  • Afonía
  • Congestión nasal
  • Ahogo
  • Problemas de uñas
  • Molestias oculares y de oídos

LAS ENFERMEDADES Y DESEQUILIBRIOS RELACIONADOS CON UNA CANDIDIASIS CRÓNICA SON:

  • Enfermedad de Crohn
  • Colitis
  • Síndrome del intestino irritable
  • Artritis reumatoide
  • Lupus
  • Asma
  • Psoriasis y eccema
  • Sinusitis
  • Esclerosis múltiple
  • Fibromialgia
  • Síndrome de la fatiga crónica
  • Hipotiroidismo
  • Hipoglucemia
  • Depresión y estados de ansiedad
  • Anemia
  • Acné
  • Urticaria
  • Alergias

DIAGNÓSTICO:

Este tema es muy complejo. Las pruebas de laboratorio no garantizan el diagnóstico de una candidiasis crónica intestinal.

En general, la prueba que se utiliza para detectar una candidiasis intestinal es el coprocultivo de heces. Los laboratorios, en esta prueba, a no ser que el médico lo especifique, no buscan cándidas porque la teoría es que estas levaduras en el intestino no son patógenas. Sin embargo, es raro que el médico lo especifique, ya que apenas hay conciencia de este tema. Si, por el contrario, el médico o terapeuta especifica que se busquen levaduras, el laboratorio analiza si hay un crecimiento excesivo de estas basándose en el ojo clínico del laboratorio. Este método no es muy eficaz, ya que no siempre el problema radica en la cantidad sino en el estado en que se encuentran las cándidas.

Por otro lado, la mayoría de las células de las cándidas se adhieren a la pared de la mucosa intestinal, por lo cual es difícil que aparezcan en los análisis de heces. Y, en algunos casos, muchas de estas células mueren mientras el especimen se transporta o durante la espera del análisis.

Es importante no descartar la enfermedad, sólo por el hecho de que las pruebas de laboratorio resultan negativas. Es mejor basar el diagnóstico en una evaluación detallada del paciente: síntomas, historial clínico, análisis de su dieta…

En EEUU muchos médicos y terapeutas opinan que el protocolo clínico para la candidiasis presenta tan poco riesgo y costo (sobre todo la dieta) que debería considerarse en cualquier enfermedad crónica.

TRATAMIENTO:

El tratamiento de la candidiasis debe englobar dos puntos principales: su eliminación y su prevención. Por esto, es importante corregir sistemáticamente las causas que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad.

Mi protocolo lo baso en 4 pasos rápidos:

Es normal que debilitemos las cándidas antes de atacarlas con un antifúngico. De lo contrario, si éstas están fuertes, podrán combatirlo y con el tiempo se harán resistentes. La mejor forma de debilitarlas es haciéndolas “pasar hambre”. O sea, a través de una alimentación anti-cándida.

Después de un mes de dieta y ayudas digestivas, es muy posible que se puedan discontinuar las enzimas y la betaína hidrochlorida.
Una vez debilitadas las cándidas , es importante introducir el antifúngico que las destruya.

Es muy importante introducirlos con mucho cuidado, siempre empezando por dosis muy pequeñas y aumentando cada 4 ó 5 días. Si las cándidas se destruyen de golpe, se pueden formar muchas toxinas y producir un empeoramiento muy fuerte de los síntomas.

Cuando los síntomas que presentaba la paciente han remitido en su mayoría, es muy importante reequilibrar la flora intestinal. Este paso no debe hacerse al principio, ya que cuando la pared intestinal está inflamada puede haber una reacción de intolerancia a las bacterias “amigas”. Esto puede causar dermatitis, picores, diarrea, espasmos intestinales y alergias. Además, mientras haya un exceso de cándidas en el intestino, los Lactobacillus no pueden crecer y repoblar el tracto intestinal. Es mucho más efectivo disminuir el crecimiento de las cándidas, reducir la inflamación intestinal y entonces repoblar la flora intestinal. Es el momento de reforzar el sistema inmunitario aportando los suplementos necesarios.

Una vez que la infección ha remitido, la flora intestinal está equilibrada y el organismo del paciente dispone de una buena dosis de nutrientes, es conveniente introducir ciertos nutrientes para reparar la pared intestinal.

El tratamiento de la candidiasis crónica puede durar entre 3 y 8 meses. Hay expertos que opinan que por cada año de candidiasis crónica, se necesita un mes de recuperación. Yo he observado que es bastante acertada esta comparación.

El tratamiento requiere mucho apoyo y paciencia. Es normal que la paciente experimente altibajos durante el tratamiento. Debe estar bien informada y conocer que los síntomas pueden empeorar en etapas específicas, para que no se asuste, ni piense que está retrocediendo. Es común que la paciente exprese emociones que puede que no sepa. Es común que la rabia se exprese con ira, y que la compagine con tristeza.

Al final del tratamiento, la paciente no solo se siente increíblemente bien (según ellas, como nunca antes), sino que también descubre su estilo de alimentación ideal, lo que mejora su salud. Esto la protegerá de otra candidiasis y muchos otros desequilibrios en el futuro.