Para una amante del pan, como yo, encontar opciones sin gluten, que se parezcan un mínimo a un pan de pueblo gallego … uffff es utópico… pero a veces hay recetas que nos hacen soñar que así es, que aquí está, y que tostado no desmerece a ningún pan de centeno. Sobre todo si le añades un buen aceite de oliva !

 

Ingredientes:

  • 1 taza y 1/4  de harina de quinoa
  • 1 taza y 1/4 de harina de mijo
  • 1 taza de harina de sorgo
  • 1/4 cuch/s de semillas de lino
  • 2 cuch/s de pipas de girasol
  • 2 cuch/s de aceite de oliva
  • 1 taza de agua tibia
  • 1/2 cuch/s de levadura panadera fresca
  • 1 cuch/p de sal de algas
  • 1 cuch/p de cebolla en hojuelas (cebolla seca)


Preparación:

En un tazón grande tamizar las harinas y mezclarlas bien. En otro tazón, mezclar la mitad de la harina con agua, sal , el aceite,la levadura disuelta en agua tibia, el polvo de algas, y la harina de lino. Poco a poco agregar  la harina restante hasta que la masa se ​​vuelva demasiado espesa como para revolver. Retirar del recipiente y pasarlo a una mesa enharinada. Amasar hasta que quede suave y no se pegue. Dado que es libre de gluten, no resultará una masa elástica, pero hay que amasar hasta que se sienta casi como de una masa de pan común.

Cubrir y dejar crecer 2 horas en un recipiente no metálico en un lugar cálido. Amasar la masa nuevamente. Formar un bollo, cubrir con semillas de girasol, y colocar en un molde de pan engrasado y enharinado. Darle unos cortes a la masa para que se cueza más uniformemente.

Colocar en un horno frío con una cacerola de agua mineral en el suelo del horno. Encender el horno a 200º . Una vez se caliente, hornear a 200º durante 15 minutos, luego bajar el fuego a 170º, y continuar la cocción hasta que esté dorado, aproximadamente 45 minutos. Sacar del horno y dejar enfriar.

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