Lo sé… a estas alturas no deberíamos hablar de “leches vegetales” sino de bebidas o licuados vegetales: bebida de arroz, bebida de soja, bebida de avena…pero a casi tod@s los que me encuentro por nuestra casa de turismo rural vegana acaban por confesar que echan de menos la leche de la mañana al desayunar! Ese es el momento en que saco mi artillería de nutrición ética, sostenible, rica y saludable y les propongo que se pasen a las “leches” vegetales…y funciona!!! Les sirvo para desayunar nuestra “leche” arroz y canela, o nuestra “leche” de sésamo, o la de almendra y se quedan convencid@s de que hay otras opciones blanquitas, ricas y calentitas para acompañar su café y tostadas pero de origen vegetal, sin colesterol y sin sufrimiento animal. Qué más se puede pedir? Pues si hay que llamarlas “leches vegetales” para que el paso sea más sencillo a nuestro caprichosos cerebros, pues se les llama leches vegetales y ya está!!

Esta “leche” que os presento hoy es una de mis preferidas además de por su sabor (bastante fuerte y peculiar…o la odias o te apasiona) como por su:

  • alto contenido en calcio y lecitina (junto a la soja es el vegetal con más lecitina que es un agrasa fosforada esencial para proteger el tejido nervioso e interviene en las funciones sexuales además de ser un poderoso emulsionante que facilita la  disolución de las grasas en medio acuoso previniendo el agotamiento nervioso y cerebral. En la sangre mantiene disuelto el colesterol, evitando así su depósito en las paredes arteriales (arteriosclerosis)
  • regulación del colesterol en sangre
  • poder alcalinizante, mineralizante, reconstituyente muscular y nervioso.
  • potenciación de la memoria y las facultades intelectuales.
  • protección del sistema circulatorio.
  • efecto laxante suave
  • protección contra la osteoporosis y debilidad ósea.
  • anti-caída de cabello
  • anti-caries y retracción de encías
  • protección contra la debilidad pulmonar

Combate por tanto el estrés, la pérdida de memoria, la depresión, la irritabilidad, el insomnio… y es maravillosa para las madres lactantes pues crea leche. De hecho, es la leche ideal con la que se podría destetar a un bebé pues su contenido en aminoácidos es casi idéntico a la leche materna!! Además no contiene gluten y es muy sencilla de hacer.
 
Esta receta está también indicada para diabéticos pues su endulzante (azúcar de coco) es de indice glucémico muy bajo. También estaría bien que se endulzara con estevia que regula el azúcar en sangre. Está basada en el libro “Todas las leches vegetales” de Mª del Mar Gómez. Y para ahorrar tiempo la hice con Thermomix 😉
 
 
Ingredientes:
  • 1 litro y 1/2 de agua no clorada
  • 30 grs de arroz basmati (se cuece antes)
  • 100 grs de sésamo crudo
  • 1 cuch/s de aceite de sésamo (o girasol, cáñamo, nuez…)
  • 60 grs de azúcar de coco (o xilitol, agave, estevia…)
  • 1 cuch/p de extracto de vainilla
  • pizca de sal
 
Preparación:
 
Echamos todos los ingredientes en el vaso de la Thermomix. Programamos 10 min., temperatura 90º, y velocidad 6. Ya está! Para l@s que no tengan thermomix deberán cocer el arroz en una olla y luego echarlo junto a los demás ingredientes en una batidora de vaso potente. Los siguientes pasos son iguales: se deja templar la “leche” para poder colarla sin quemarnos. Con la ayuda de una gasa de algodón y una jarra de cristal “ordeñamos” la leche. Para ello volcamos el contenido de la Thermomix en la gasa que previamente hemos puesto a modo de embudo dentro de la jarra de cristal (yo utilizo esas gasas que se ponían como pañales en los años 70…cuando nací y no existían aún los Dodotis, o mi madre no los conocía…)
Apretamos el contenido de la gasa hasta que suelte todo el líquido. Dejamos que enfríe de todo y embotellamos. Se guarda en nevera.
 
Con la pulpa que queda en la gasa podemos hacer galletas, relleno para croquetas o albóndigas…se puede añadir a una sopao a un batido de frutas…es decir, no se tira nada!!!