Qué mejor manera de empezar un blog sobre comida cruda que con esta deliciosa y tradicional receta? En casa siempre hay una jarra enorme en la nevera desde que comienza el buen tiempo.
Desde mi experiencia puedo decir que hay tantas recetas de gazpacho como personas que lo hacen, así que no voy a ser purista ni a indicar cuál es la mejor manera de hacerlo. Me limito a dejar aquí la mía que, por supuesto, me encanta.
4 personas
10 minutos
Ingredientes
- 4 tomates grandes y maduros
- 1 pepino mediano
- 1 pimiento rojo mediano
- 1/4 pimiento verde mediano
- 1 diente de ajo
- 1 cebollino
- 1 chorro generoso de aceite de oliva
- 1 chorro de vinagre
- Sal
- 1 o dos vasos de agua
Antes de iniciarme en la comida cruda solía pelar los tomates antes de procesarlos, los blanqueaba en agua hirviendo y les quitaba la piel pero ya hace tiempo que uso los tomates con piel y semillas y creo que el resultado gana en sabor. Así que troceo los tomates, los pimientos, el cebollino y el pepino. Este último medio pelado, siempre suelo dejar trozos verdes que, según dicen, evita acordarte de él durante todo el día. Añado el resto de los ingredientes y lo paso por la batidora hasta que quede suave, suelo usar una de jarra, pero vale cualquiera. Si no te gusta encontrar trocitos de piel de las verduras puedes pasar la mezcla por un colador chino, a veces lo hago cuando lo quiero muy cremoso y suave. Lo mejor es dejarlo enfriar un par de horas como mínimo antes de servirlo pero si tienes mucha prisa puedes añadir unos cubitos de hielo en lugar de toda el agua en el momento de hacerlo. En cualquier caso el sabor es mucho mejor al día siguiente, cuando las verduras han tenido toda la noche para mezclar sabores.
Puede servirse como bebida o con tropezones de verduras que se añaden en el momento de llevarlo a la mesa o se sirven en pequeños cuencos para que cada uno escoja lo que quiera.