Esta es una versión que me he permitido hacer del clásico y ríquisimo falafel: una croqueta de garbanzos  cuyo origen se remonta a los tiempos de la Biblia y se originó en algún lugar del subcontinente indio y que actualmente se come en India, Paquistán y Oriente Medio.

Ingredientes:

Para las croquetas:

  • 250 gr. de azukis
  • 1 cebolla morada
  • 3 dientes de ajo
  • 4 cuch/p de Ras El Hanout (mezcla de especias marroquí)
  • 2 cuch/p de cebolla en polvo
  • 1 cuch/p de canela
  • 1 cuch/p comino
  • 7 cuch/s de semillas de cáñamo peladas
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • Zumo de 1 limón
  • Aceite de cáñamo


Para el acompañamiento:

  • Lechuga
  • Zanahoria
  • semillas de cáñamo
  • Vinagreta de Umeboshi y mermelada de tomate

Preparación:

Se dejan a remojo los azukis 24h pues deben estar tiernos ya que se preparan sin cocer. Luego se trituran primero los azukis  en un robot de cocina ( yo lo hago en la thermomix) y seguidamente la cebolla y los ajos. Y vuelta a triturar. Se añaden los demás ingredientes, se mezclan bien y se vierte la mezcla en un bol que taparemos con film de plástico y dejaremos reposar 2h en la nevera.
Precalentamos el horno a 250º, le damos forma a las croquetas con las manos y las ponemos en una bandeja de horno que cubrimos con papel de hornear. Las pincelamos con el aceite de cáñamo para que doren y estarán en unos 25 min. En la receta original se frien.